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Power Yoga Journey

Actualizado: 16 ene

¨La evolución del entrenamiento físico es el entrenamiento mental¨.

~Bryan Kest


Entre los estilos más vigorosos o enérgicos de vinyasa que se desarrollaron en Norteamérica en la década de los noventa, se encuentra el Power Yoga. Aunque este estilo incorpora movimientos más dinámicos y fluidos, no debe confundirse como un simple ejercicio físico. El énfasis dado al cuerpo y a las posturas es precisamente para evitar la dispersion de la consciencia, dirigiéndola hacia a la respiración.


Se trata de una práctica profunda y completa donde las posturas son herramientas para alinear el cuerpo, la mente y las emociones; recordando que éstas no son proyectos que hay que lograr, sino la puertas de apertura a un descubrimiento mayor del hecho de estar vivos.


El Power Yoga incluye formas derivadas del Ashtanga Vinyasa Yoga, como las de Beryl Bender Birch, Bryan Kest y Larry Schultz, así como formas derivadas del Bikram Yoga, como las de Baron Baptiste. Con este último nos identificamos y constituye la influencia principal de nuestras clases de Power en Smash Hot Yoga, porque consideramos que los pilares fundamentales de este estilo, como son el calor, el fluir de los movimientos, la respiración ujjayi (respiración oceánica), el drishti (punto de foco) y las bandhas (cerrojos energéticos), se pueden aplicar perfectamente en nuestro estudio.

Podríamos considerarlo el estilo hermano de Bikram Yoga, solo que más fluido y con mayor movimiento físico. Al igual que en este último, se trabaja intensamente pero con sensibilidad. La tonificación muscular que se obtiene mediante la práctica es simplemente el resultado adicional del trabajo de concentración e introspección que se realiza a través del cuerpo.


Baron Baptiste estudió estilos de yoga tradicionales como Iyengar, Ashtanga, Bikram, Krishnamacharya y Raja yoga, además de diferentes formas de entrenamiento físico y artes marciales. Así creó una practica poderosa que incluye lo mejor de oriente y occidente. El Power Yoga se basa en el desarrollo de la fuerza a partir del vinyasa; esto es, la conexión de un movimiento con otro, de una respiración con la que sigue y la presencia de la mente de un momento dado al siguiente. Al combinar todo esto con el calor, se obtiene una de las más dinámicas y transformadoras formas de entrenamiento físico y espiritual. Power Yoga es la mezcla perfecta entre sudor y serenidad.


De esta manera, el desafío de balancearnos sobre una pierna en una sala a 35 grados centígrados (95 grados Fahrenheit) con el sudor deslizándose sobre los ojos por ejemplo, nos obliga a concentrarnos Bery en un punto de foco (drishti) y en la respiración consciente para sobrepasar la incomodidad momentánea. Así, al aprender y aplicar esto sobre el mat, nos preparamos para mantenernos centrados cuando las situaciones de nuestra vida diaria entran en combustión. Entonces, en medio del fuego logramos mantener claridad.


Es por ello que el calor se utiliza como una herramienta para la transformación. Al mismo tiempo, el calor nos ayuda a trabajar con mayor profundidad ya que suaviza músculos y tejidos, haciendo que el cuerpo se torne más maleable. El sudor que se genera ayuda a sanar, porque este limpia, renueva, desintoxica y purifica cuerpo, mente y espíritu. Con esta práctica excavamos el ser asombroso y radiante que reside dentro de nosotros.


Como consecuencia, representa un viaje hacia la verdad, la verdad acerca de quienes somos realmente, de lo que somos capaces de hacer y de cómo nuestras acciones afectan nuestra vida. Así que tomar la decisión de adentrarnos en este tipo de práctica, de arriesgarnos a probar algo nuevo, hace que las situaciones cotidianas se mantengan interesantes, además de calmar la mente y reducir la ansiedad que nace del temor de hacer cosas nuevas. Aprendemos a soltar el control y a entender que todo siempre va a estar bien, a ver la vida con sus adversidades de manera positiva.


















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